14 March 2024
La esencia de la calidad reside en lo autóctono, en lo tradicional, en lo de toda la vida, pero con el toque modernista que requiere la actualidad y, sobre todo, una certificación tan importante en el mundo culinario como las estrellas Michelín. Bajo esta premisa, los nuevos chefs buscan volver a los orígenes, volver al pueblo.
La gastronomía es una pieza fundamental en las escapadas a la naturaleza o a la práctica del ecoturismo. La tendencia de los viajeros #ecoturistas opta por tener grandes experiencias gastronómicas. Por lo que, en el post de hoy, te dejamos los nuevos restaurantes que han conseguido una estrella Michelín pero que han decidido volver a los orígenes y desarrollar su trabajo en pueblos rurales de España o en espacios naturales, para garantizar una experiencia para todos los sentidos que dicta de ser memorable:
Si estás visitando el maravilloso casco histórico de Baeza, Jaén, una joya renacentista que ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad, comer en Vandelvira puede convertirse en la guinda de la experiencia, pues ocupa parte de un majestuoso convento del s. XVI y llama la atención tanto por el claustro cubierto (aquí es donde suelen recibir ofreciendo una copa de manzanilla) como por sus confortables salas.
El joven chef-propietario, Juan Carlos García, apuesta por un único menú degustación de cocina creativa, normalmente en base a los modestos productos del entorno o de su propia huerta, para ofrecernos platos de alta cocina que destilan finura, sabor y un extraordinario mimo en las presentaciones. Un plato que ha llamado la atención es el Pañuelo de calamar y jamón, que va acompañado por un caldo dashi de jamón ibérico concentrado y un excelente fondo de tartar de calamar.
¿Pueden fusionarse las milenarias técnicas de la cocina nipona con el trabajo a la brasa como en un típico asador vasco? Pues resulta que sí, y… ¡el experimento funciona! El chef japonés Tetsuro Maeda, que ha rehabilitado un caserío centenario en un pueblecito, San Juan Azuoa para abrir Txispa, donde es posible escuchar el silencio, apuesta por esa simplicidad en base a un producto excepcional (en muchos casos de su propia huerta) que aquí nos desvela nuevos y sorprendentes matices.
Anchoas rellenas con brotes de daikon, Txuleta Parda Alpina madurada, Helado de laurel... los platos ven la luz en un único menú sorpresa, en constante evolución, que se diseña en base a los mejores productos de temporada. La experiencia empieza en la cocina, donde se sirven los primeros aperitivos contemplando la parrilla, y alcanza el cenit en el coqueto comedor, de ambiente rústico-minimalista y con solo seis mesas.
¿Un sitio agradable en la Marina Alta? Anota este restaurante en tu agenda, pues sin duda es uno de esos sitios donde te hacen sentir especial; de hecho, está llevado por un chef natural de Rímini con muchísimo talento (Ferdinando Bernardi) y se define, a sí mismo, como "ese lugar en el que la italianità (la verdadera hospitalidad italiana) se encuentra con el entorno".
El establecimiento, en una zona residencial elevada y junto a la carretera, apuesta por una cocina italiana-actual que mima las elaboraciones, consiguiendo una pasta "al dente" y sabrosos platos mediterráneos (ha gustado mucho su Lasagna de sepia y su Espagueto Carbonara a base de galeras) que siempre ensalzan el producto alicantino de temporada, pues trabajan en estrecha relación con los proveedores locales. En Casa Bernardi encontrarás una pequeña carta (solo al mediodía) y tres menús degustación: Terra (vegetariano), Pasta Lovers y A Modo Mio.
Este cautivador restaurante se encuentra en la emblemática Estación de Canfranc (hoy un lujoso Royal Hideaway Hotel), dentro de un antiguo vagón de tren que es capaz de transportarnos a otra época.
El viaje empieza en el andén de la estación (data de 1928) y un salvoconducto nos traslada a la historia viva del lugar, a una época de entreguerras donde tampoco faltaban los espías. A continuación, acompañan en un pequeño recorrido por las partes más bellas del edificio hasta acceder a Canfranc Express y sus dos vagones restaurados (solo uno, con tres mesas, da servicio gourmet).
Pintada salvaje criada en Los Monegros y remolacha, su Trilogía del cordero (uno de los pases está asado con algas que aportan salinidad), una llamativa Borraja marina en forma de corona… el chef Eduardo Salanova, natural de Canfranc, plantea un único menú degustación de alta cocina aragonesa, con delicadas influencias galas y los mejores productos de la zona.
Fisterra, en la región coruñesa conocida como la Costa da Morte, revitaliza su propuesta culinaria con un restaurante que recupera un antiguo bar frente a la playa Da Ribeira. El joven chef Brais Pichel, tras formarse en laureados establecimientos como Casa Marcial (La Salgar, en Asturias) o Mina (Bilbao), ha vuelto a su casa para dar un giro total al negocio familiar, Terra transformándolo en un espacio contemporáneo que apuesta por la coherencia. ¿Su propuesta? Solo ofrecen un menú degustación, de tinte moderno, que cambia casi a diario y procura exaltar el trabajo de los productores locales (aquí nunca faltan los pescados). No le dejará indiferente, pues los sutiles y sabrosos platos nos hablan constantemente del entorno.
Seguro que te hemos dejado con las ganas... y no es para menos dado que el descubrimiento de un nuevo plato es de más provecho para la humanidad que el descubrimiento de una estrella. Jean Anthelme Brillat-Savarin.
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