Histórico municipio malagueño del Valle del Guadalhorce, con raíces fenicias y romanas, que combina patrimonio, naturaleza y cercanía a la capital.
Cártama es un municipio de la provincia de Málaga, en Andalucía, España. Cártama es un municipio malagueño con una población que supera los 28.000 habitantes, ubicado en el fértil Valle del Guadalhorce. Su cercanía a Málaga capital, a tan solo 17 kilómetros, lo convierte en una localidad muy bien comunicada y en constante crecimiento, que mantiene al mismo tiempo su identidad tradicional andaluza.
El entorno natural de Cártama ofrece múltiples posibilidades para el turismo activo. El Cerro de la Muela y otras rutas de senderismo permiten disfrutar de vistas panorámicas del valle, mientras que los alrededores del río Guadalhorce son ideales para paseos tranquilos y actividades al aire libre. La combinación de montaña, río y campo hace de Cártama un lugar atractivo para los amantes de la naturaleza.
La vida cultural y festiva de Cártama es muy rica. Se celebran eventos como la Feria de Abril, la Romería de la Virgen de los Remedios y numerosas actividades culturales durante todo el año. Estas fiestas reflejan el carácter acogedor de sus habitantes y la fuerte tradición religiosa y popular del municipio.
La gastronomía local es otro de sus atractivos. Platos como el gazpachuelo, el chivo al ajillo, las migas y los dulces caseros elaborados con almendra y miel forman parte de la cocina cartameña, que combina productos del campo con recetas tradicionales.
Superficie: 105 Km2
Número de habitantes: 15.000 aproximadamente
Gentilicio: cartameños
Visitas Destacadas: Castillo-fortaleza, iglesia de San Pedro, ermita de Nuestra Señora de los Remedios, fuente del siglo XVI, Casa Museo González Marín, restos romanos
Situación Geográfica: en la comarca del Valle del Guadalhorce, a 21 kilómetros de Málaga y a unos 260 metros de altitud sobre el nivel del mar. La precipitación media anual en la zona es de 550 l/m2, y la temperatura media alcanza los 17º C
Información Turística: Ayuntamiento, plaza de la Constitución, 3 (29570). Tlf: 952 422 126; Fax: 952 422 349
Cómo Llegar: El pueblo, a sólo 20 kilómetros de la capital malagueña, está comunicado con ésta mediante la carretera A-357. En el trayecto no suele emplearse más de 15 minutos.
El origen de Cártama se remonta a la época fenicia, cuando era conocida como Cartha, y más tarde los romanos la llamaron Cartima. Fue una ciudad importante en la provincia romana de la Bética, y aún hoy se conservan vestigios de ese pasado, como el Mosaico de Venus, expuesto en el Museo de Málaga. También destacan restos del castillo árabe y la ermita de Nuestra Señora de los Remedios, situada en lo alto del cerro que domina el pueblo.
A partir de tartesos y fenicios, el actual territorio cartameño fue ocupado por todas las civilizaciones posteriores. Los fenicios denominaron Cartha (ciudad oculta) al primitivo asentamiento, y los romanos derivaron este nombre hacia el de Cartima. En el año 195 a.C., el cónsul romano Marco Poncio Catón le concede naturaleza de municipio y la dota de recias defensas. Los yacimientos hallados de la época romana denotan que el pueblo debió contar con un buen número de habitantes, por lo que no es aventurado decir que en el período romano la villa fue una de las más importantes de la actual provincia malagueña.
En años posteriores, tanto los visigodos como los árabes reforzarían la primigenia fortaleza, pero serían estos últimos los que, conscientes del lugar estratégico en que fue construida, la modificaron y consolidaron, hasta el punto de que durante el período nazarí el castillo se convierte en punto neurálgico defensivo, económico y político.
En 1485 las tropas cristianas, no sin aprietos, consiguen entrar en el castillo, que se convertiría en una especie de cuartel general del ejército de los Reyes Católicos, pues fue en él donde se preparó la conquista de Ronda y Málaga. Tras la toma de Granada, la fortaleza permaneció en desuso hasta la Guerra de la Independencia, en que sirvió de refugio a los soldados franceses.
El verdor del Valle del Guadalhorce, y en época de floración de los cítricos el olor a azahar, impregnan buena parte de las tierras de este municipio, cuyo núcleo poblacional se encuentra dividido en dos zonas, Cártama Pueblo y Cártama Estación, muy próximas entre sí y que se extienden al pie de las pequeñas sierras de Espartales y Llanas, ambas de 400 metros de altitud. Entre las dos conforman la que se conoce como Sierra de Cártama.
Dada la abundancia de agua, la llanura del valle es propicia para el cultivo de cítricos y hortalizas, mientras que al norte, el territorio entronca con los Montes de Málaga, cuyas ondulaciones aparecen cubiertas de olivos y almendros y casas de labor desperdigadas aquí y allá, tan características de las zonas de minifundios. Al oeste, ya en plena comarca del Guadalhorce, se eleva la Sierra de Gibralgalia, en la confluencia de los municipios de Casarabonela, Coín y Pizarra.
Fiestas de la Virgen de los Remedios de Cártama: Cada abril, la patrona de Cártama es trasladada en procesión desde su ermita hasta la parroquia del pueblo. Devotos de toda España acuden en peregrinación a esta emotiva celebración de fe y tradición, que culmina con la procesión de la Virgen de los Remedios por las calles del pueblo, el 21 de abril.
Festival de la Ermita de las Tres Cruces de Almogía, Cártama y Pizarra: En un enclave rural entre cuatro municipios, este festival de mayo se celebra en la Ermita de las Tres Cruces, un santuario del siglo XVIII. Declarado Fiesta de Interés Turístico Nacional de Andalucía, reúne a pandas de verdiales, degustaciones gastronómicas y el tradicional baile de la Churripampa, creando un ambiente único. Una fusión de cultura y folclore que mantiene viva la enseñanza y difusión de los verdiales en un entorno histórico y de una belleza natural impresionante.
Noches de la Bella Jarifa de Cártama: Cártama celebra cada año las Noches de la Bella Jarifa. A finales de septiembre, el casco antiguo del municipio se transforma durante dos días en un pueblo andalusí, iluminado por velas que crean una atmósfera mágica. Durante esta celebración, los visitantes disfrutan de representaciones teatrales, música y danzas, mientras recorren un zoco medieval con más de 100 puestos de productos de artesanía, quesos, embutidos y dulces. Todo ello transporta a los asistentes a la época en la que la leyenda cobró vida, convirtiendo las noches en veladas inolvidables.