Información general:
Antigüedad es un municipio de la provincia de Palencia, en Castilla y León, España. Es capital de la Comarca del Cerrato.
La villa de Antigüedad está situada al este de la provincia de Palencia. Tiene unos 500 habitantes, está a 826 metros de altitud y su término municipal tiene una extensión de 62.8 km².
Asentada a mabos mégenes del río Valdegarón, la teoría que sostiene el origen mozárabe de Antigüedad sirve para explicar la razón de llamarse así, ya que los mozárabes, cuando dedicaban una iglesia a Santa María de la Asunción, la denominaban de la Antigua, por ser esta advocación de la Virgen la más antigua. De aquí se tomaría la Antigua como sinónimo de la Asunción y el poblado pasaría a denominarse por el nombre de la iglesia, Antigua.
Es un remanso de paz y silencio en el corazón del Cerrato palentino, sólo roto por las campanadas de su reloj parroquial. Para sentarse en su Atrio, bajo la tupida sombra de los castaños, y escuchar cómo parlamentan los mayores del lugar. Qué no habrá oido La Flora desde su pedestal de columna-fuente.
Para correr tras El Birria, todo colorido con su traje arlequinado, en el domingo de Carnaval. O degustar unos caracoles cuando llega San Marcos. Antigüedad, para emocionarse oyendo los cánticos de los hombres en las frías noches de la Semana Santa.
Para poner a prueba la hospitalidad de sus gentes bailando una jota ante la Virgen de Garón en septiembre, compartiendo las viandas junto a la fuente.
Para hecer senderismo y contemplar el azul cielo tumbado sobre la hierba, dejándose llevar por el rumos de los chopos y el sonido de las esquilas de las ovejas.
Degustar su miel de plantas aromáticas, entrar en sus panaderías y no saber que variedad de pan comprar o que dulces probar ante la abundante oferta.
La villa de Antigüedad está situada al este de la provincia de Palencia. Tiene unos 500 habitantes, está a 826 metros de altitud y su término municipal tiene una extensión de 62.8 km².
Asentada a mabos mégenes del río Valdegarón, la teoría que sostiene el origen mozárabe de Antigüedad sirve para explicar la razón de llamarse así, ya que los mozárabes, cuando dedicaban una iglesia a Santa María de la Asunción, la denominaban de la Antigua, por ser esta advocación de la Virgen la más antigua. De aquí se tomaría la Antigua como sinónimo de la Asunción y el poblado pasaría a denominarse por el nombre de la iglesia, Antigua.
Es un remanso de paz y silencio en el corazón del Cerrato palentino, sólo roto por las campanadas de su reloj parroquial. Para sentarse en su Atrio, bajo la tupida sombra de los castaños, y escuchar cómo parlamentan los mayores del lugar. Qué no habrá oido La Flora desde su pedestal de columna-fuente.
Para correr tras El Birria, todo colorido con su traje arlequinado, en el domingo de Carnaval. O degustar unos caracoles cuando llega San Marcos. Antigüedad, para emocionarse oyendo los cánticos de los hombres en las frías noches de la Semana Santa.
Para poner a prueba la hospitalidad de sus gentes bailando una jota ante la Virgen de Garón en septiembre, compartiendo las viandas junto a la fuente.
Para hecer senderismo y contemplar el azul cielo tumbado sobre la hierba, dejándose llevar por el rumos de los chopos y el sonido de las esquilas de las ovejas.
Degustar su miel de plantas aromáticas, entrar en sus panaderías y no saber que variedad de pan comprar o que dulces probar ante la abundante oferta.
Historia:
En el siglo XI figura Antiquilate en los anales de la historia como una donación que se efectúa al Monasterio de San Pedro de Arlanza. Por esos siglos, su actual término municipal estaba repartido entre los alfoces de Palenzuela y Baltanás. Ya en el siglo XIV aparece como lugar de behetría, cuando los hombres libres se ponían bajo la protección de otro más poderoso. Y es en el siglo XVI, justamente en el año del Señor de 1547, cuando el emperador Carlos V concede a Antigüedad la categoría de villa, documento que el cabildo guardó como oro en paño ante las pretensiones de los nobles vecinos. Este realengo conducía a abonar los tributos directamente al rey y otorgaba a la villa capacidad para administrar la justicia.
Lugares de Interés:
· Garón: En el documento más antiguo del archivo del ayuntamiento está reflejada la compra de Garón, en 1492, mediante pago del censo, mil maravedíes, y 12 gallinas de por vida, a entregar el día de Todos los Santos. Aunque ya las crónicas constatan desde 1074 la existencia de este poblado de origen mozárabe, según puede desprenderse del nombre con que lo recogen: Garsón, y que hace referencia al jefe del asentamiento. En la actualidad, la ermita, la fuente y el soto constituyen un paraje único en el Cerrato. En la ermita tiene su sede la patrona de Antigüedad. Su única nave deja al descubierto varios tramos diferentes. Uno, el central, de un románico primitivo, levantado entorno al siglo XII. El otro sería el presbiterio, varios siglos posterior, con el añadido de la espadaña y el pórtico. La virgen de Garón ocupa un lugar preferente en el corazón de todos los antigüedeños. A su llamada, el último domingo de septiembre, se acude en una impresionante romería de fervor y fiesta. A los sones de la dulzaina y el ritmo del tamboril, entre vivas enfervorizados, se danza por grandes y pequeños la jota en honor de la virgen. Después quiedará tiempo para compartir comida, mientras corre la bota, bajo los bien plantados chopos del soto, que ven correr las aguas del arroyo, allí mismo recoge las sobrantes de la fuente del mismo nombre, que dicen tiene su nacedero bajo la ermita de la Virgen.
· Villella y su yacimiento: Intensa fue la relación entre Vilella, situada a unos 3 kilómetros de Antigüedad, y el cercano Monasterio de San Pelayo, desde que en el año 934 se le hiciera donación de la misma, allá en las primeras etapas de la repoblación en la reconquista. Alfonso VII entrega la posesión del valle de Vilella al mencionado monasterio en 1145. Los monjes de San Pelayo intervienen en la construcción de San Miguel, monasterio fuertemente ligado a l poblado, posiblemente sobre el que se construyó la ermita actual. Y esos mismos monjes son los que actúan en el traspaso de Vilella a Antigüedad en 1428. El lugar no debió conocer mayor desarrollo que el de una pequeña villa, de ahí el nombre de Villella, justamente lo que los romanos llaman granja. Al iniciarse la recostrucción de la ermita, hundida en el siglo XIX, se descubre en el suelo una iglesia de planta prerrománica, mozárabe, cuyo origen data del siglo IX, con un presbiterio cuadrado y columnas que ponen de manifiesto diversas influencias. Las excavaciones han sacado a la luz las transformaciones que dicha iglesia sufrió. Se piensa que pudo perder su función religiosa, dada la cantidad de silos encontrados en el suelo y el hallazgo de un horno de fundir cobre y bronce que estuvo funcionando hasta el siglo XV. Durante el siglo XII se construye una nueva iglesia que se mantiene alzada haste el siglo XIX, y fuera de su solar, proseguiría operando el horno. La parroquia de Antigüedad guarda la imagen románica de la Virgen a quien estuvo dedicada esta segunda iglesia.
· Villella y su yacimiento: Intensa fue la relación entre Vilella, situada a unos 3 kilómetros de Antigüedad, y el cercano Monasterio de San Pelayo, desde que en el año 934 se le hiciera donación de la misma, allá en las primeras etapas de la repoblación en la reconquista. Alfonso VII entrega la posesión del valle de Vilella al mencionado monasterio en 1145. Los monjes de San Pelayo intervienen en la construcción de San Miguel, monasterio fuertemente ligado a l poblado, posiblemente sobre el que se construyó la ermita actual. Y esos mismos monjes son los que actúan en el traspaso de Vilella a Antigüedad en 1428. El lugar no debió conocer mayor desarrollo que el de una pequeña villa, de ahí el nombre de Villella, justamente lo que los romanos llaman granja. Al iniciarse la recostrucción de la ermita, hundida en el siglo XIX, se descubre en el suelo una iglesia de planta prerrománica, mozárabe, cuyo origen data del siglo IX, con un presbiterio cuadrado y columnas que ponen de manifiesto diversas influencias. Las excavaciones han sacado a la luz las transformaciones que dicha iglesia sufrió. Se piensa que pudo perder su función religiosa, dada la cantidad de silos encontrados en el suelo y el hallazgo de un horno de fundir cobre y bronce que estuvo funcionando hasta el siglo XV. Durante el siglo XII se construye una nueva iglesia que se mantiene alzada haste el siglo XIX, y fuera de su solar, proseguiría operando el horno. La parroquia de Antigüedad guarda la imagen románica de la Virgen a quien estuvo dedicada esta segunda iglesia.
Rutas:
Desde Antigüedad hay un punto de partida para adentrarse en el Cerrato palentino y subir sus cuestas, recorrer los páramos o bordear los "barcos". Rutas para seguir el vuelo de las avutardas, sorprenderse con el altivo correr entre los rastrojos de la perdiz, contemplar las reposadas evoluciones de la calandria.
Las rutas son para captar a la fugaz liebre, oír como se levanta un bando de codornices y examinar las sendas que los jabalíes hacen cuando se aproximan a los arroyos por la noche. Para sentir el sol y el aire del páramo, cuyo uniforme paisaje rompen de color verde la encina, el quejigo, el enebro o la sabina albar. Para oler el espliego, la salvia, el tomillo y el té. Ver, en los límites de los quejigales con los cultivos, cómo crecen las rosas del monte y las aulagas.
Las rutas son para buscar la Cruz de la Muñeca, aliviar la sed en la Fuente de los Serranos, comer una tortilla a la sombra de la centenaria Enebra, adentrarse en un chozo, elucubrar sobre el origen del Paredón, buscar una utilidad al Torreón, recordar sobre la Cañada Real Burgalesa los antiguos pleitos entre La Mesta y Antigüedad o recorrer el umbrío valle de Fuente Luciana.
Las rutas son para captar a la fugaz liebre, oír como se levanta un bando de codornices y examinar las sendas que los jabalíes hacen cuando se aproximan a los arroyos por la noche. Para sentir el sol y el aire del páramo, cuyo uniforme paisaje rompen de color verde la encina, el quejigo, el enebro o la sabina albar. Para oler el espliego, la salvia, el tomillo y el té. Ver, en los límites de los quejigales con los cultivos, cómo crecen las rosas del monte y las aulagas.
Las rutas son para buscar la Cruz de la Muñeca, aliviar la sed en la Fuente de los Serranos, comer una tortilla a la sombra de la centenaria Enebra, adentrarse en un chozo, elucubrar sobre el origen del Paredón, buscar una utilidad al Torreón, recordar sobre la Cañada Real Burgalesa los antiguos pleitos entre La Mesta y Antigüedad o recorrer el umbrío valle de Fuente Luciana.