Información General:
Tanger es una ciudad de la provincia de Tánger-Arcila, de la región Tánger-Tetouan, en el norte de Marruecos. A pocos kilómetros de España, entre la montaña y el agua, existe un paraíso que se funde con el decorado del azul celeste, el azul intenso del océano y el azul verdoso del Mediterráneo. En una encrucijada de mares y continentes, donde el Mediterráneo se une con el Atlántico, y Europa con África, Tanger vive decididamente de cara al mar. Esta ciudad tiene algo único, impalpable e idefinible. Una sensación de libertad que flota en el aire, como el perfume de la flor de azahar.
Henri Matisse llamaba a Tánger "el paraíso del pintos". Eugène Delacroix, al descubrir la ciudad exclamó: "Vengo de recorrer la ciudad. En este momento soy como ese hombre que sueña y ve cosas temiendo que se le escapen". Paul Bowles la calificaba de "dream city". Basta pasar unas horas por sus callejuelas para sucumbir al encanto de la ciudad.
La ciudad ha seducido a más de uno, y no a cualquiera. Las múltiples caras de Tánger hacen soñar desde hace siglos a artistas e intelectuales, conquistadores y beatniks, milonarios y excéntricos. Su historia es la de la ciudad que inventó la globalización. Tánger es ante todo una atmósfera. Cuando uno la abandona se pregunta si lo ha soñado.
· Formalidades de entrada: Pasaporte con una vigencia no inferior a 90 días. Según los países, puede ser suficiente el carné de identidad, aiempre que el viaje lo organice una agencia de viajes, y para grupos a partir de 3 personas. Algunas nacionalidades necesitan visado. Diríjase a las representaciones diplomáticas o consulares marroquíes de su país. Para entrar en Marruecos no se necesitan vacunas. Si lleva con usted un animal de compañía debe contar con el correspondiente certificado de vacunación antirrábica con una vigencia no inferior a 6 meses.
· Delegación Regional de Turismo: 29 boulevard Pasteur. Teléfono 05 39 94 86 69/94 80 50 Fax: 05 39 94 53 48
· Consejo Regional de Turismo: 139 avenue Beethoven, immeuble Hamza, appt 16. Teléfono: 05 39 94 18 37 Fax: 05 39 94 53 48
· Aeropuerto Ibn Batouta: Call Center 08 90 00 08 00
Henri Matisse llamaba a Tánger "el paraíso del pintos". Eugène Delacroix, al descubrir la ciudad exclamó: "Vengo de recorrer la ciudad. En este momento soy como ese hombre que sueña y ve cosas temiendo que se le escapen". Paul Bowles la calificaba de "dream city". Basta pasar unas horas por sus callejuelas para sucumbir al encanto de la ciudad.
La ciudad ha seducido a más de uno, y no a cualquiera. Las múltiples caras de Tánger hacen soñar desde hace siglos a artistas e intelectuales, conquistadores y beatniks, milonarios y excéntricos. Su historia es la de la ciudad que inventó la globalización. Tánger es ante todo una atmósfera. Cuando uno la abandona se pregunta si lo ha soñado.
· Formalidades de entrada: Pasaporte con una vigencia no inferior a 90 días. Según los países, puede ser suficiente el carné de identidad, aiempre que el viaje lo organice una agencia de viajes, y para grupos a partir de 3 personas. Algunas nacionalidades necesitan visado. Diríjase a las representaciones diplomáticas o consulares marroquíes de su país. Para entrar en Marruecos no se necesitan vacunas. Si lleva con usted un animal de compañía debe contar con el correspondiente certificado de vacunación antirrábica con una vigencia no inferior a 6 meses.
· Delegación Regional de Turismo: 29 boulevard Pasteur. Teléfono 05 39 94 86 69/94 80 50 Fax: 05 39 94 53 48
· Consejo Regional de Turismo: 139 avenue Beethoven, immeuble Hamza, appt 16. Teléfono: 05 39 94 18 37 Fax: 05 39 94 53 48
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Historia:
Tras una presencia fenicia revelada por algunos vestigios, entre los que se encuentran dos necrópolis, la ciudad fue fundada en el siglo IV a. de C. por los cartagineses, que hicieron de ella un gran centro comercial: Tingi. En 146 a. de C., a la caída de Cartago, la ciudad se incorporó con el nombre de Tingis al reino de Mauritania, aliado de Roma y gobernado por Juba II. Con el emperador Claudio, Mauritania se convierte en colonia romana: la Mauritania Tingitana, con Tingis como capital. En el año 706, durante la conquista árabe, el general Omeya Moussa Ibn Nousaïr se apodera de la ciudad. Es entonces cuando las tropas de Tarik Inb Ziad parten para la conquista de España en 711.
En los siglos que siguieron, Tánger se convirtió en objetivo de luchas entre Isidris y Omeyas de España, luego los Almorávides, Almohades y Merínidos. Un tesoro codiciado también por los portugueses, ya que Tánger comerciaba activamente con Génova, Marsella, Venecia, Barcelona... Conquistada por Portugal en 1471, la ciudad pasa a manos inglesas en 1661 gracias a un juego de alianzas reales entra Portugal e Inglaterra. Finalmente la dinastía Alauita recupera Tánger en 1684 bajo el reino de Moulay Ismael.
Apartir del siglo XIX, las naciones europeas multiplican sus misiones diplomáticas y comerciales en Tánger. En 1906, la conferencia de Algeciras contempla un estatus especial para la ciudad, que en 1925 se convierte en zona franca internacional bajo la soberanía del Sultán de Marruecos. La época del "estatus internacional" es el periodo dorado de Tánger: el de su gran desarrollo cultural y económico, el de la reputación "novelesca" de Tánger en el cine y en la literatura.
También en Táger, en el parque de la Mendoubia, el Rey Mohamed V pronuncia en 1947 el discurso en el que reclama la independencia para Marruecos. Tánger conservará su estatus particular hasta 1960. Actualmente la ciudad conserva su legado cosmopolita. Las distintas influencias han configurado en diversidad cultural y su gran personalidad. En la ciudad soplan otros vientos. El nuevo puerto Tanger-Med une la autopistas terrestres con la autopista marítima del estrecho.
En los siglos que siguieron, Tánger se convirtió en objetivo de luchas entre Isidris y Omeyas de España, luego los Almorávides, Almohades y Merínidos. Un tesoro codiciado también por los portugueses, ya que Tánger comerciaba activamente con Génova, Marsella, Venecia, Barcelona... Conquistada por Portugal en 1471, la ciudad pasa a manos inglesas en 1661 gracias a un juego de alianzas reales entra Portugal e Inglaterra. Finalmente la dinastía Alauita recupera Tánger en 1684 bajo el reino de Moulay Ismael.
Apartir del siglo XIX, las naciones europeas multiplican sus misiones diplomáticas y comerciales en Tánger. En 1906, la conferencia de Algeciras contempla un estatus especial para la ciudad, que en 1925 se convierte en zona franca internacional bajo la soberanía del Sultán de Marruecos. La época del "estatus internacional" es el periodo dorado de Tánger: el de su gran desarrollo cultural y económico, el de la reputación "novelesca" de Tánger en el cine y en la literatura.
También en Táger, en el parque de la Mendoubia, el Rey Mohamed V pronuncia en 1947 el discurso en el que reclama la independencia para Marruecos. Tánger conservará su estatus particular hasta 1960. Actualmente la ciudad conserva su legado cosmopolita. Las distintas influencias han configurado en diversidad cultural y su gran personalidad. En la ciudad soplan otros vientos. El nuevo puerto Tanger-Med une la autopistas terrestres con la autopista marítima del estrecho.
Lugares de interés:
A la entrada de la Medina, el gran zoco es el lugar más frecuentado de la ciudad. La plaza está rodeada por la antigua residencia del Mendoub (representante del Sultán) y su parque. El parque de la Mendoubia es esplendoroso, con su higuera de Bengala gigante y sus numerosos dragos centenarios.
Tomando la calle de los Siaghines (joyeros) se accede al pequeño zoco, pintoresca plazuela rodeada de hoteles y cafés, otrora frecuentados por las celebridades de Tánger: Paul Bowles, Jean Genet, Paul Morand, Pasolini, Camile Sain-Saëns... Además del pequeño zoco, la calle de la Marina conduce a Bab el Bahr (la puerta del mar) enmarcada por dos borjs (fortines), entre ellos Borj el Mosra y sus cañones gigantes. Abajo el puerto pesquero contagia su animación, coreada por los gritos de las gaviotas.
La Kasbah, alma de Tánger, es la antigua fortaleza, con sus murallas que domina la medina y toda la ciudad. Se accede a ella desde el Gran Zoco por la calle de Italia, subiendo por la calle de la Kasbah. Barrio de antoguos palacios, esconde soberbias residencias. Plaza de la Kasbah, el palacio del sultán "Dar el Mekhzen" alberga un museo dedicado al arte marroquí. El vecino palacio Dar Chorfa acoge el museo de la antigüedad y arqueología. El Café del Estrecho es un lugar privilegiado, toma su nombre de la fantástica vista sobre este encuentro de gigantes.
El bulevar Pasteur, arteria principal de la ciudad nueva, se convierte cada noche en el lugar preferido de paseo. Al final del bulevar, una gran terraza, la plaza Faro y sus cañones, ofrecen un magnífico panorama sobre el puerto, la bahía y la costa española. Los tangerinos pasan aquí largas horas contemplando el mar centellante bajo el sol, y el interesante baile de los navíos que atraviesan el estrecho. Esto le valió a la plaza el apelativo de "Sour Al Maagazin", el "Muro de los perezosos". Desde ahí, basta bajar por la calle Anoual para descubrir la sorprendente fachada art deco del Gran Teatro Cervantes. Inaugurado en 1913, fue el teatro más importante del Norte de África, con su extraordinaria arquitectura, su 1400 butacas, y su maquinaria entre las mejores de la época. Por su escenario pasaron artistas tan famosos como Lola Flores.
No hay que dejar de ir a tomar un té al Café Hafa. Este cefé, único por su ubicación, colgado en un acantilado a la sombre de aterrazados jardines, ofrece el panorama del Mediterráneo a la derecha, el Atlántico a la izquierda y Andalucía al frente. Este lugar, creado en 1920, era uno de los favoritos de Paul Bowles, los Rolling Stones y Randy Weston. La leyenda quiere que The Beatles, Bob Marley y Sean Connery hayan saboreado su té de menta y disfrutado de la vista de uno de los más hermosos balcones sobre el mar de Tánger.
La legación americana. En 1777 marrueco9s fue el primer país que reconoció oficialmente la independencia de los Estados Unidos de América. Para sellar esta nueva amistad, el Sultán Moulay Slimane regaló esta casa de Tánger a la misión diplomática americana en 1821. Se trata del único monumento perteneciente a Estados Unidos fuera de su territorio nacional. Inmensa residencia del siglo XVIII, restaurada en 1920, esta legación fue transformada en museo en 1956. Aquí se pueden encontrar diversas colecciones de obras que reflejan la historia de la ciudad de Tánger del siglo XVII al XX.
Ibn Batouta. La visita del personaje más emblemático de la ciudad de Tánger es casi obligatoria. La tumba de Ibn Batouta se encuentra en una callejuela del barrio Fuente Nueva, en las alturas de la medina. El famoso tangerino era viajero, peregrino, explorador, embajador... un ilustrado curioso y abierto al mundo. Nacido en Tánger en 1304, el joven inexperto partió de peregrinación a la Meca a los 22 años. Este sería el principio de los más extraordinarios periplos de todos los tiempos. La figura de Ibn Batouta se compara a menudo con la más conocida de MArco Polo. Sin embargo las diferencias entre ambos personajes son notables. Sus exploraciones no son por motivos comerciales, sino que viaja por razones intelectuales, lo que no le impide recorrer una distancia mayor.
Tomando la calle de los Siaghines (joyeros) se accede al pequeño zoco, pintoresca plazuela rodeada de hoteles y cafés, otrora frecuentados por las celebridades de Tánger: Paul Bowles, Jean Genet, Paul Morand, Pasolini, Camile Sain-Saëns... Además del pequeño zoco, la calle de la Marina conduce a Bab el Bahr (la puerta del mar) enmarcada por dos borjs (fortines), entre ellos Borj el Mosra y sus cañones gigantes. Abajo el puerto pesquero contagia su animación, coreada por los gritos de las gaviotas.
La Kasbah, alma de Tánger, es la antigua fortaleza, con sus murallas que domina la medina y toda la ciudad. Se accede a ella desde el Gran Zoco por la calle de Italia, subiendo por la calle de la Kasbah. Barrio de antoguos palacios, esconde soberbias residencias. Plaza de la Kasbah, el palacio del sultán "Dar el Mekhzen" alberga un museo dedicado al arte marroquí. El vecino palacio Dar Chorfa acoge el museo de la antigüedad y arqueología. El Café del Estrecho es un lugar privilegiado, toma su nombre de la fantástica vista sobre este encuentro de gigantes.
El bulevar Pasteur, arteria principal de la ciudad nueva, se convierte cada noche en el lugar preferido de paseo. Al final del bulevar, una gran terraza, la plaza Faro y sus cañones, ofrecen un magnífico panorama sobre el puerto, la bahía y la costa española. Los tangerinos pasan aquí largas horas contemplando el mar centellante bajo el sol, y el interesante baile de los navíos que atraviesan el estrecho. Esto le valió a la plaza el apelativo de "Sour Al Maagazin", el "Muro de los perezosos". Desde ahí, basta bajar por la calle Anoual para descubrir la sorprendente fachada art deco del Gran Teatro Cervantes. Inaugurado en 1913, fue el teatro más importante del Norte de África, con su extraordinaria arquitectura, su 1400 butacas, y su maquinaria entre las mejores de la época. Por su escenario pasaron artistas tan famosos como Lola Flores.
No hay que dejar de ir a tomar un té al Café Hafa. Este cefé, único por su ubicación, colgado en un acantilado a la sombre de aterrazados jardines, ofrece el panorama del Mediterráneo a la derecha, el Atlántico a la izquierda y Andalucía al frente. Este lugar, creado en 1920, era uno de los favoritos de Paul Bowles, los Rolling Stones y Randy Weston. La leyenda quiere que The Beatles, Bob Marley y Sean Connery hayan saboreado su té de menta y disfrutado de la vista de uno de los más hermosos balcones sobre el mar de Tánger.
La legación americana. En 1777 marrueco9s fue el primer país que reconoció oficialmente la independencia de los Estados Unidos de América. Para sellar esta nueva amistad, el Sultán Moulay Slimane regaló esta casa de Tánger a la misión diplomática americana en 1821. Se trata del único monumento perteneciente a Estados Unidos fuera de su territorio nacional. Inmensa residencia del siglo XVIII, restaurada en 1920, esta legación fue transformada en museo en 1956. Aquí se pueden encontrar diversas colecciones de obras que reflejan la historia de la ciudad de Tánger del siglo XVII al XX.
Ibn Batouta. La visita del personaje más emblemático de la ciudad de Tánger es casi obligatoria. La tumba de Ibn Batouta se encuentra en una callejuela del barrio Fuente Nueva, en las alturas de la medina. El famoso tangerino era viajero, peregrino, explorador, embajador... un ilustrado curioso y abierto al mundo. Nacido en Tánger en 1304, el joven inexperto partió de peregrinación a la Meca a los 22 años. Este sería el principio de los más extraordinarios periplos de todos los tiempos. La figura de Ibn Batouta se compara a menudo con la más conocida de MArco Polo. Sin embargo las diferencias entre ambos personajes son notables. Sus exploraciones no son por motivos comerciales, sino que viaja por razones intelectuales, lo que no le impide recorrer una distancia mayor.
Fiestas populares y tradiciones:
El Festival internacional de teatro amateur de Tánger se celebra cada año, en el mes de mayo bajo la presidencia de honor de Pierre Bergé, mecenas y hombre de teatro. Un jurado internacional concede un gran premio por categoría (espectáculos, actores, decoración y puestas en escenas). También es un espacio de encuentro entre actores y público, entre compañías teatrales de diferentes países que intercambian experiencias.
Festival Tanja Latina, organizado por primera vez en 2008, el festival se distingue por su programación, que gira en torno a la música latina. Samba, rumba, salsa, batucada son los bailes que ponen el ritmo a esta cita, considerada un encuentro de vibraciones latinas encarnadas por los mejores especialistas.
Tanjazz, el Festival de jazz de Tánger, recibe desde el año 2000 a músicos procedentes de los cuatro rincones del mundo en el soberbiamente restaurado Palacio Moulay Hafid de las Instituciones Italianas. Fiel a su tradición de cita de jazz, el festival ofrece una programación rica en actividades artísticas y encuentros intelectuales. Gracias al Tanjazz, Tánger se ha reconciliado con un pasado musical cargado de rock, desde los beatnicks hasta los Rolling Stones, sin olvidar a Randy Weston, el famoso jazzman que siempre volvía para encontrar aquí su inspiración.
El Festival Las Noches del Mediterráneo ofrece al público tangerino un viaje artístico de una semana por los vericuetos del patrimonio musical auténtico y moderno, procedente de tres continentes "Las Noches del Mediterráneo" se desarrollan en el parque de la Mendoubia, corazón de la ciudad histórica. Lugar soñado para descubrir, en total armonía, jóvenes artistas con futuro y grandes nombres que raramente se encuentran en los circuitos habituales de la música del mundo.
Festival Tanja Latina, organizado por primera vez en 2008, el festival se distingue por su programación, que gira en torno a la música latina. Samba, rumba, salsa, batucada son los bailes que ponen el ritmo a esta cita, considerada un encuentro de vibraciones latinas encarnadas por los mejores especialistas.
Tanjazz, el Festival de jazz de Tánger, recibe desde el año 2000 a músicos procedentes de los cuatro rincones del mundo en el soberbiamente restaurado Palacio Moulay Hafid de las Instituciones Italianas. Fiel a su tradición de cita de jazz, el festival ofrece una programación rica en actividades artísticas y encuentros intelectuales. Gracias al Tanjazz, Tánger se ha reconciliado con un pasado musical cargado de rock, desde los beatnicks hasta los Rolling Stones, sin olvidar a Randy Weston, el famoso jazzman que siempre volvía para encontrar aquí su inspiración.
El Festival Las Noches del Mediterráneo ofrece al público tangerino un viaje artístico de una semana por los vericuetos del patrimonio musical auténtico y moderno, procedente de tres continentes "Las Noches del Mediterráneo" se desarrollan en el parque de la Mendoubia, corazón de la ciudad histórica. Lugar soñado para descubrir, en total armonía, jóvenes artistas con futuro y grandes nombres que raramente se encuentran en los circuitos habituales de la música del mundo.
Recursos Naturales:
Dos cabos marcan la entrada de la ciudad de Tánger: el Cabo Espartel en el Atlántico y el Cabo Malabata en el Mediterráneo. El cabo Malabata se orienta hacia el sol naciente. Plantado de pinos y árboles bajos, ofrece una vista de 180º sobre el estrecho de Gibraltar, y se visita preferentemente por la mañana, por su mayor luminosidad. No muy lejos se encuentra el extraño Castillo de Malabata que, a pesar de su arquitectura de castillo medieval, data de principios de siglo XX. El cabo Espartel dotado de un faro de 1965, es ideal para los amantes del sol. De camino haga un alto en el Mirador de Perdicaris.
Las Grutas de Hércules. Situadas en el macizo de Cabo Espartel, a lo largo de la costa atlántica, las grutas de Hércules son cavernas naturales y calizas. Oscuras y húmedas, se iluminan por un pasaje único que da al océano, donde se dibujan los contornos de un mapa de África. Estas grutas representan el primer destino turístico de Tánger. La belleza del lugar, su valor arqueológico y su carga mitológica lo convierten en uno de los lugares más insólitos. Según la mitología griega, en este lugar Hércules encontró el reposo después de cumplir sus 12 trabajos. La leyenda dice que este semidios habría cruzado incluso el estrecho de Gibraltar, separando las montañas y haciendo surgir a un lado el Jbel Tarik (Gibraltar) y al otro, en el lado africano, el Jbel Mousa. Del mito a la realidad solo hay un paso.
Las Grutas de Hércules. Situadas en el macizo de Cabo Espartel, a lo largo de la costa atlántica, las grutas de Hércules son cavernas naturales y calizas. Oscuras y húmedas, se iluminan por un pasaje único que da al océano, donde se dibujan los contornos de un mapa de África. Estas grutas representan el primer destino turístico de Tánger. La belleza del lugar, su valor arqueológico y su carga mitológica lo convierten en uno de los lugares más insólitos. Según la mitología griega, en este lugar Hércules encontró el reposo después de cumplir sus 12 trabajos. La leyenda dice que este semidios habría cruzado incluso el estrecho de Gibraltar, separando las montañas y haciendo surgir a un lado el Jbel Tarik (Gibraltar) y al otro, en el lado africano, el Jbel Mousa. Del mito a la realidad solo hay un paso.
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